LA CROQUETA DE OBARRA
que comienza al pie de la carretera y la hicimos con una familia
delante que amablemente bajaron a nuestro compi conductor hasta el coche
para ahorrarnos un par de quilómetros absurdos. ¡Muchas gracias!
Al
principio esta ferrata es fácil, más como una trepada con un montón de
agarres naturales aunque hay grapas de sobra. Los escapes son un tanto a
tajabancal, tirándose por las gargantas un poco a lo loco, por lo menos
lo que nos pareció a nosotros que no veíamos senderos claros por
ninguna parte.
Es
divertida, con puentes tibetanos y el colofón es el último tramo que
tiene algunas partes increíbles, cruces de pared en horizontal
totalmente expuestas y a gran altura y un cambio de pared emocionante.