Nunca me ha costado coger una mochila y largarme.
Más aún, generalmente a la vuelta lo que me costaba era deshacerla y guardarla en su sitio. La he llegado a tener al pie de la cama más de una semana.
No soy feliz con ataduras convencionales sino con aventuras, naturaleza, viajes, animales, realizando actividades de riesgo como escalada, ferratas, viviendo nuevas experiencias. Viviendo la vida con un poco de... emoción. Para mí todas estas cosas no son ... especiales. Es donde me siento cómoda. Es mi zona de confort. Para mi lo difícil es contratar los servicios de móvil o poner el lavavajillas.
Así que os podréis imaginar lo emocionada que estaba cuando llegó el momento de partir a Centro América sin billete de vuelta y con mi amor...
Salí ávida de emociones y experiencias y las recibí.