Tresviso desde el bar... ¡se ve mucho mejor que desde la cuesta! |
¿Nos tomamos una sidra y un queso en Tresviso ...?
¡Hecho!
Mochila con agua y algún panchito y en un pis-pás paramos en el mini aparcamiento-arcén ancho de la carretera. La ruta parte desde Urdón, una cañada situada en
pleno centro del Desfiladero de la Hermida.
A mi el desfiladero de la Hermida me encanta. Hace saltar todos los indicadores de aventura, fantasía, Naturaleza mientras lo vas pasando con el coche. Me pasa como a los perros de Paulov. Condicionamiento positivo. Es pasar por el desfiladero y empezar a babear por lo que me espera...
En fin, en menos de 6 kilómetros vamos a salvar un desnivel de 800 metros.
¡Ay! Todo sea por un pincho y una sidriña... |
La subida con la fresca y al "tran tran" se va haciendo, además hay un montón de sitios donde parar y echar un vistazo hacia abajo, alguna fotillo y un trago de agua.
La perru después de la paliza que nos dimos el día anterior, cuando vió que nos poniamos a andar, reculó para el coche. Le faltó decir ¡Que si eso ya os espero aquí durmiendo!
Tenía agujetas y caminaba como Robocop. Pero al poco, con los muslitos calientes ya subió sin problemas.
Tenía agujetas y caminaba como Robocop. Pero al poco, con los muslitos calientes ya subió sin problemas.
Zetas, zetas y más zetas... |
Cuando llegas al pueblo todo te abre el apetito y vas medio en volandas siguiendo el aroma de los pucheros hasta la barra del bar.
Unas sidras y unas raciones de cabrales que te hacían llorar los ojos de lo potente y ¡estábamos preparados para unas fabes como está mandao!
Tres o cuatro horas después, incluida siestecilla en un prau al solete... ¿Preparados para bajar?
¡Pues ale!
Yo las bajadas siempre las he llevado peor... las rodillas ya saben lo que les espera y se ponen a temblar antes de tiempo. ¿Y yo qué hago? ¡Pues ni puñetero caso!
Esta piedra caliza es como lija para las almohadillas de mi perru y como a un kilómetro o dos dijo que no caminaba más. ¡No paaasa Ná! Perruna al cuello y hasta el coche.
Ventajas de tener un can que pesa cinco kilos escasos y mide cuarenta centímetros.
La subida a Tresviso es un clásico de Picos de Europa.
Hay montañas que te inspiran aventuras y Naturaleza salvaje y montañas que te sirven de escusa...
¡Yo no me la perdería por nada del Mundo!
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