La primera vez que yo vi Cabaña Verónica no recuerdo ni con quien fue ni en qué ruta. Pero si recuerdo la impresión que me produjo.
Era verano y el Sol pegaba con fuerza, estábamos metidos en medio de Picos, caminando en silencio y solo se escuchaba el crujido de la piedra bajo nuestras botas. En esas ocasiones si te esmeras un poco se pueden leer los pensamientos. El aire es tan limpio, tan cristalino... El cielo azul sin una sola nube y aparentemente, al menos en ese instante en tu realidad, que para ti es la única y verdadera éramos los únicos caminantes en estas montañas.
La roca deslumbraba. En Picos da igual que sea verano o invierno que siempre te ciega. En invierno por la nieve, en verano por el reflejo de sus montañas blancas calizas, recuerdo de un mar antiguo...
Peña Vieja, la perruna y yo |
En uno de esos momentos que levantas la vista, la visión periférica me hizo girar un tanto la cabeza... ¿Qué es aquello que brilla? ¿Tanto brilla esa montaña?... Pero por no romper los pensamientos de mis compañeros, no pregunté y seguí caminando.
Sin embargo aquel destello al fondo en lo alto de la loma de roca blanca no dejaba de perseguirme y a cada tanto, le echaba un vistazo por si un cambio en la perspectiva, la distancia o la luz me descubrían qué era aquel mágico fulgor.
Desde que lo vi tuve la sensación de que una estrella se había caído allí mismo. Un punto brillante plateado con brazos de luz, ¡igualito que una estrella pero de día!
Finalmente pregunté. Y me sacaron de dudas. Eso es Cabaña Verónica y brilla porque está hecho con el fuselaje de una cúpula antiaérea de la II Guerra Mundial.
Aún no he dormido allí. Todo llegará. Desde entonces siempre pienso que Cabaña Verónica es una Estrella que se ha caído en Picos de Europa. Aún mejor... ha decidido que Picos es un hermoso lugar para residir. ¡Que en el cielo ya son muchas!
Caminando sobre el fondo del mar |
Cabaña Verónica es un refugio situado a 2325 metros de altitud en los Picos de Europa, relativamente cerca de la estación superior del teleférico de Fuente Dé y en las proximidades del Pico Tesorero. Pero no es un refugio cualquiera. Es el refugio con guarda situado a mayor altura de España. Y además, su construcción es original y, sin duda, única.
El padre de la criatura fue el ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes, quien con su amigo el arquitecto Luis Pueyo, convencieron a Julián Delgado úbeda, presidente de la Federación Española de Montaña, para comprar una de las cúpulas antiaéreas del portaviones americano Palau, que había participado en la II Guerra Mundial, y que estaba siendo desguazado en Sestao, para colocarla en esas alturas.
El 13 de agosto de 1961 fue inaugurado. Se le puso el nombre de Verónica porque así se llamaba una de las hijas de Conrado.
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