Lineas de Nazca. La ballena y un papagayo |
Comencé mi particular "Camino del Gringo" subiendo a un autobús donde facturaban las maletas, había azafata de autobús con uniforme y todo, los asientos eran de cuero increíblemente cómodos, te daban un almuerzo y si jugabas al bingo igual te ganabas una botella de Pisco. Flipante. Igualitos que los de "La Blasa".