Estábamos descansando de un día de ruta por las Médulas cuando decidimos, bajo el calor de las mantas que el siguiente fin de semana nos íbamos a Pirineos.
Fue una ruta brutal. Espectacular, emocionante, preciosa. Lo tuvo todo.
Comenzaré mi relato en el punto de inflexión de la ruta. Las Clavijas de Cotatuero. Aunque ya había estado más veces en Ordesa, nunca había subido unas clavijas. Y tampoco nadie me había avisado de que hoy lo iba a hacer.