RUH (Alma)


Con mucho cuidado abría la cremallera para sacar la cámara y hacer la foto. Era uno de sus Minimundos. Unas violetas crecían en aquella grieta de roca caliza, gris, áspera y a su parecer fría. Aunque para aquellas violetas debía ser su Paraiso...
Como iba la última no había prisa. Podía hacer las cosas despacio que no retrasaría el avance de nadie.  ¿Cómo no habría caído en ese detalle? Antes disfrutaba más siendo la primera, la chulita que trepaba o caminaba más y mejor... Y aunque ahora también continuaba gustándole sentirse hábil en el monte ¿Qué había cambiado?
Estaban encajadas en la roca, protegidas al fondo de la grieta. Sus hojitas verdes oscuras estaban recubiertas de esa pelusilla suave y la Primavera les animó a florecer. Delicadas lilas de pétalos morados suaves, algunas más claras otras más oscuras allí mismo, a veinte centímetros de la nariz. A decenas de metros del suelo.
Está en todas partes. Muchas veces escuchamos que "la vida se abre camino en todas partes", pero no es verdad. La Vida Es en Todas Partes. No necesita esforzarse porque Es Así. Cuarenta metros más arriba un cerezo¿¿¿¡¡??!! Tan campante rodeando con sus raices las rocas y creando a su vez vida mientras las grietas se rellenan de materiales órganicos. Así que ¿unos creamos vida a otros, para otros? ¿Para todos? La Vida es en todas partes y no requiere de intención, ni esfuerzo, ni planificación, ni resolución. Fluye.
Tres fotos. A ver si alguna me sale bien... Con cuidado guarda la cámara en la mini funda que lleva sujeta en la correa de la mochila atada al pecho y mira hacia arriba. ¿Siguiente paso? Se asegura al cable de vida y en unos pasos supera el siguiente. Parece que no piensa. Su cerebro no la lía con taraduras mentales, pensamientos vacíos, bucles infinitos... Su cerebro está a lo que tiene que estar. A no meterse una ostia brutal. Así me gusta mente. Que te centres. Esto debe ser lo más parecido a meditar.
Mientras va subiendo la vía, toca y huele todas las plantas de roca que puede. Y el cerebro las recoge y almacena, hoja, olor, forma, tacto. Algunas las reconoce. Otras muchas no y eso la gusta porque las aprenderá.
Abrazada a la roca descansa un poco antes de superar un desplome. No suda. Está tan campante. Le pasa que después de hacerse dos K4 está radiante de energía. Feliz, descansada. En Paz.

Me encantan los Minimundos. Caminando por el formidable Desierto del Wadi Rum, las inmensas costas de Nueva Zelanda, o las colosales montañas del Fitz Roy donde la Naturaleza lo ocupa todo, solo con cambiar tu mirada de lo vasto a lo minúsculo allí aparecen los Minimundos: en el recodo del lecho de un arroyo, debajo de un tronco muerto en estado de putrefacción, sobre una roca envuelta en musgo, en la grieta de una pared... Y me doy cuenta de que estás rodeada: Desde dentro de tí hacia fuera, de arriba a abajo, por delante, por detrás, ayer y hoy y mañana, en tu espacio y en el resto de espacios alternativos...  

La Vida es Infinita, imparable, no conoce el miedo y lo más maravilloso de todo... 
Es que somos justo eso.

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