En un principio teníamos la intención de hacerla subiendo al Col de Punta Nera y directos al otro lado, pero aún en Julio la nieve y el hielo nos impidieron subir por la impresionante ladera ya que no íbamos equipados con crampones, piolets, ni cuerda y era claro que se necesitaban...
Así que continuamos por el 223 que iba a media altura rodeando el macizo que escondía al otro lado al lago, pasando no sin pocas dificultades, nevero tras nevero.
Gracias a Dios que delante nuestro iba una pareja abriendo huella porque si no....
Cuando llegamos al extremo del macizo donde se giraba para darle la vuelta apareció un cartel: Sentiero cerrado. Peligro de avalanchas.
A buenas horas! Pero si ya lo habíamos hecho!
En fin, por la otra cara la montaña ya no tenía hielo ni nieve. Pero si tenía unas vistas impresionantes...
Poco a poco el camino giraba y giraba metiéndose hacia el interior del circo glaciar donde se encontraba escondida la famosa laguna que poco a poco se iba dejando ver desde arriba...
Ese color de agua no era de este planeta. Azul turquesa puro, ni una hola, ni un movimiento en el agua. Era como una gran piedra preciosa enjaezada en lo más profundo de la montaña...
Nuestra ruta era desde el refugio Tondi comenzar el 223 hasta el inicio del 215, subir a Punta Nera y bajar como véis a cholón por el 215 hasta el lago. Pero fue imposible. Así que continuamos por el 223, lo unimos al 216. La vuelta por el 215 hacia Tres Cruces.
De verdad que el Azul de este lago es mágico...
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