4 días en SICILIA

Tras pasar 4 días fantásticos visitando las Eólias: Stromboli, Lípari y Vulcano, dimos el saltito a Sicilia.
Al llegar nos metimos en un ciber y en una oficina de información y montamos en un tris el viaje de 4 días. Me encanta hacer esto. LLegar sin nada, olfatear el aire y tirar millas. Alquilamos un PocoYo y pa lante.

TAORMINA, hay que reconocerlo, es una ciudad preciosa. No somos mucho de ciudades y urbanismo, así que es muy raro que nos encandile una población. La foto tan soñada de Taormina con el Teatro griego en primer plano, el mar y el Etna al fondo cuesta pasta ya que para entrar al Teatro hay que acoquinar. (8e)
La ciudad está literalmente enganchada a la loma del monte pegadita al mar haciendo un semicírculo.
Hay ascensor para subir a la parte de arriba, que es preciosa, pero también hay que pasear por la playa y a poder ser colarse en la Isola Bella, Un peñasco al que se accede en marea baja desde la playa, cubierto de vegetación donde han creado un jardín a lo Parque Guell de Gaudí. Precioso, pero más bonito si te dejan pasar por la face, jiji...


Isola Bella

¿Por qué Castelmola? Pues porque los lugareños nos dijeron que se comía bien y porque estaba en lo alto de la montaña, justo por encima de Taormina y a nosotros nos gusta dormir elevados...
Dormimos en un viejo hotel de los años 70 que abrieron para nosotros. Era un poquito rollo Hotel Stanlley o Motel Bates, vamos que le crujían todos los engranajes.
Cenamos en un restaurante pequeñito, regentado por un señor regordete que cocinaba como los ángeles. Me encantó el restaurante. Tenía pegatinas de las guías Routard recomendándole de todos los años, ¡incluso de los que estaban por venir! La terracita, más bien un balconcito estaba cubierta con unas lonas de plástico, lo que te permitía estar fuera, aunque en la calle hiciera fresquete. Tostas con pomodoro seco, salchichas caseras con patatas, rollitos de carne en brocheta, albóndigas con tomate y queso rallado, ensalada y lasagna! Y un cannutto de postre, como un pestiño pequeño relleno de mascarponne y pistaccio. ¡¡Tooooma y tooooma!!
Desde la ventana del hotel las vistas eran espectaculares: Toda la costa Siciliana, Taormina a los pies el mar a la izquierda, y en frente el Etna.
Desde que lo vi por la ventana escuché su llamada. Ya se me había metido en la cabeza. ¡Qué tendrán los volcanes!
El desayuno en la terraza del hotel para nosotros solos, al sol con aquellas vistas y la Nutella rulando a lo loco fue de órdago.

CAMINO AL ETNA: El tiempo estaba regulero, mucho viento, lluvia, niebla y tormentas... y nos dirigíamos a la montaña más alta de Sicilia...
El paisaje por carretera era precioso, habíamos salido de la costa y atravesábamos campiñas, pastos llenos de flores y huertas. Según entrábamos en la montaña el paisaje cambió radical: Del verde pasó al blanco y negro, o blanco y granate. La carretera se abría paso por encima de las coladas de lava que medio ocultaban casas a los lados del arcén. Cuanto más subíamos el silencio se apoderaba de nosotros, la inmensidad del paisaje nos hacía sentir que estábamos en un lugar sublime, mágico. Naturaleza en estado puro. No había ni un alma.

Desfiladero de Alcántara
Basalto
Cuando llegamos al aparcamiento del funivía, todo estaba cerrado. Estaba anocheciendo y había que buscar donde dormir. La idea era dormir aquí arriba para ver el Etna a primera hora de la mañana. Así que acompañados por tres perrazos empezamos a mirar a ver qué había abierto. Y llegamos a la entrada de un hotel que nos hizo flipar. La nieve practicamente cubría la entrada y habían hecho un pasillo en la nieve.
No he visto tanta nieve en mi vida.
 
Entre paredes de hielo
Por la mañana cogimos el bus que te lleva a la zona de cráteres. Prohibido subir a tu bola. Prohibido subir andando si no es con guía autorizado, prohibido llegar al cráter principal.
Al principio me encoraginé, pero después, viendo a la fauna que subíamos, lo entendí. Ya no quieren más desgracias. La gente subía en rebequita, con bambas o tacones. ¡¡Por el amor de Dios que estás a tres mil metros sobre un volcán activo!! Era Abril, el Etna reventaba de nieve y los cráteres echaban humo...


El frío era intenso y el viento te congelaba la cara. El trayecto en camión a través de la carretera abierta en el hielo brutal. A 500 metros de la cima nos bajan y nos enseñan cráteres relativamente nuevos, el principal no lo vemos, lo tapan las nubes y está prohibido subir. Anda juguetón estos días...

Dos días después entró en erupción. Toneladas de lava bajaron por la ladera y los servicios de emergencias lo único que pueden hacer es intentar contenerla o desviarla un poco de las zonas pobladas. Pero si la lava quiere...va a donde le da la gana. En los restaurantes de la estación hay fotos apabullantes de las múltiples erupciones y de lo que dejan tras de si.

ATENCION CELÍACOS!! En la estación del Etna hay un restaurante con carta GLUTEN FREE YUPIIIII!!! Me zampé unos macarrones de órdago.

Yupiiii!
LA SCALLA DEI TURCHI son unos acantilados suavemente escalonados de roca caliza bruñida, tanto que te hacía daño mirarlos sin gafas de sol, tan hermosos que parecen labrados así a propósito. Sentada desde allí mirando el mar vi como un delfín atravesaba la bahía...
Son una verdadera maravilla. 



De camino a la Reserva Natural paramos en el Valle dei Templi una verdadera maravilla para quien guste de la Historia clásica, la arquelología...


Terminamos nuestro periplo en la Reserva de LO ZINGARO. Una zona virgen costera de ecosistema mediterraneo. El sendero discurre a media loma, con bajadas a las diversas calitas de aguas cristalinas color turquesa. Es lineal. Fueron seis horas y se nos hicieron cortas.






 Fueron unos días muy variados. Vimos de todo, comimos como dioses, reimos... ¡¡No se puede pedir más a la vida!!

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